-
¿Te puedo hacer un pregunta?
-
Claro, dime.
-
¿ Por qué has venido a verme?
-
Para verte y punto.
-
Te lo vuelvo a preguntar, ¿ Para qué has venido?
-
Ya te lo he dicho, para verte y ya está.
-
Por algo querrías verme, digo yo...
-
Está bien. He venido a verte porque te echaba de menos, quería
volver a verte sonreír, poder oír tu voz.
-
¿Tanto te costaba decírmelo?
-
Es que temía que pasases de mí.
-
¿ Cómo voy a pasar de ti? Mira que eres tonto...
-
¿ Entonces tú también me echabas de menos?
-
Sólo un poco pero, he de decir, que me has alegrado el día.
-
Eso es lo que pretendo, alegrarte hoy y todos los días de tu vida
.